Cuando arribamos a la puerta de Niceto Club, en el barrio de Palermo, lo hicimos con la expectativa de un show de reggae más. De una banda reconocida y, seguramente, muy buena. Pero nos mentalizábamos en sólo disfrutar y observar.

Nada de eso pasó. Junto a un Niceto repleto de punta a punta, no pudimos parar de saltar durante más de una hora y media, de comentar lo increíble del sonido, de las luces, de los músicos, de las voces. De tener sensaciones y vibrar con los temazos de esta terrible banda. En un sentido general, fue el show perfecto.

Hacía mucho tiempo que una banda no lograba hacernos sentir esa sensación de adrenalina, de hacer pogo en un concierto de reggae, de vibrar con el dancehall y el hip hop en las voces, de convertirnos en los primeros fanáticos de eso que estaba sonando sobre el escenario.

La banda francesa repasó todos sus clásicos en un concierto que no tuvo una sola crítica de nuestra parte. Es más, podemos asegurar que estuvo entre los mejores recitales a los que hemos asistido en los últimos años.

Por sonido, iluminación, talento, música, adrenalina y la respuesta de la gente que, al igual que nosotros, no lo podía creer, podemos hablar de un show perfecto, de un show soñado.

El grupo luego viajará a Brasil donde tienen alrededor de 10 fechas: allá ya pudieron probar la fruta y les gustó tanto que están ganando cada vez más popularidad en todo el país vecino.

Argentina todavía era una prueba y, como se esperaba, fue superada ampliamente. Niceto explotó de gente y de música, para un recital en el que las palabras sobran y el recuerdo permanecerá intacto hasta la próxima vez que podamos verlos. Seguramente, en un lugar mucho más grande.