El viernes por la noche, durante el puntapié inicial de la casi media docena de fechas que darán los “Baba” en el Teatro Ópera, varias expresiones de seguidores en sintonía disparaban que quizás al show le faltaba un poco de rock. Pero quien había escuchado previamente 'Impuesto de fe' sabía de antemano con qué se iba a encontrar.

Versiones totalmente reformadas, minuciosamente, de temas de toda su carrera en un formato semi-acústico y con una preponderancia de luces como piezas casi únicas de un decorado en el cual prevalecieron los músicos, sus performance y sus gestos.

Adrián Dárgelos y el guitarrista Mariano Roger protagonizaron uno de los momentos más cálidos e íntimos de la noche al quedarse solos en escena para realizar una hipnótica versión de 'Cómo eran las cosas' y a continuación, acorde con el clima, fue el turno de hacer lo propio con 'Celofán'.

La reversión de 'Camarín' fue el punto más emotivo y teatral, con la banda "loopeada" instrumentalmente en escena y sin Dárgelos, que apareció minutos más tarde encandilado por un reflector, al borde de la platea. Con un público paralizado que reaccionó para registrar el momento, las pantallas de celulares se encendieron junto a gritos eufóricos de emoción, en el instante en que el divo entonó con todo su cuerpo “ser el vapor de fantasías no me dejara llorar”.

Mientras coreaba con el teatro encendido “tan freak, tan freak, tan freak y tan popular, quiero ser”, empezó a subir los escalones del pasillo entre brazos de fans que se estiraban para tocarlo en esa noche que quizá no pensaban tenerlo tan cerca. 

El disco se encuentra en un contexto de celebración por los 25 años de su carrera y si este fin de semana te quedaste afuera, hay nuevas chances de ver la versatilidad sonora de la banda los próximos 16 y 17 de agosto.