El insólito hecho ocurrió en una cárcel uruguaya, donde un grupo de presos realizó una de sus labores diarias en la cocina pero con una travesura impensada.

Los presidiarios le ofrecieron bizcochos locos a los guardias de seguridad, que en el fragor de la hambruna no dudaron en aceptarlos.

Pero al rato, los trabajadores del servicio penitenciario comenzaron a sentirse indispuestos, con sueño y con un raro malestar en la panza.

¿El desenlace? Nada menos que 15 guardias intoxicados, que fueron inmediatamente trasladados hacia las dependencias de salud del establecimiento.

Mientras se esperan los informes toxicológicos y la investigación sobre qué pasó, los guardias fueron dados de alta sin mayores complicaciones.

Los policías creen que podrían haber sido "empastillados" ya que "no era tanto el dolor físico que tenían sino que estaban adormilados", según expresó la presidenta de uno de los sindicatos policiales.