Un tribunal de Pekín se encuentra investigando un repudiable caso denunciado por un hombre, que asegura haber recibido tratamientos para “curar” la homosexualidad.

Los magistrados chinos examinan la demanda presentada por Xiao Zheny, quien afirma estar traumatizado por los tratamientos que recibió en una clínica de Chongqing, para “corregir” su elección sexual.

Según el denunciante, el personal del instituto médico le solicitaba que piense en escenas eróticas homosexual, al tiempo que le aplicaba electrochoques.

El gobierno chino intentó alejar esta repudiable idea acerca que la homosexualidad pueda ser una enfermedad, y en el 2001 retiró la palabra de la lista de padecimientos mentales.

"¡No hay que curar la homosexualidad, que el tribunal de Haidian se oponga a las terapias de reorientación!”, manifestaron los militantes de derechos de los homosexuales ante el tribunal, donde una de ellas, vestida de enfermera, inyectaba simbólicamente con una gran jeringa la “cura” a un falso paciente.

“Es el primer proceso contra las terapias de reorientación sexual en China”, afirmó Xiao Tie, directora general del centro LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) de Pekín, para quien la mayoría de los homosexuales que aseguran estar “curados” después de someterse a estos métodos, lo hacen únicamente para poner fin a estos duros tratamientos.

Las “terapias de conversión” comenzaron a aplicarse en el mundo a partir de comienzos del siglo XX, aunque recientemente las autoridades sanitarias comenzaron a considerarlas no científicas, ineficaces e incluso peligrosas.

Por más loca que parezca la idea, existen personas creen y piensan que la homosexualidad es una enfermedad. Hace unos meses, un legislador paraguayo había propuesto “vacunar” a los gays.