Especializado en hacer exhibiciones en los lugares más claustrofóbicos, el artista francés Abraham Poincheval, esta vez, se metió adentro de un oso grizzly disecado, una de las subespecies del oso pardo más grande del planeta, donde vivió durante 14 días. El objetivo fue transitar el paso entre la muerte y la vida.


La estructura en el interior del oso, ubicado en el Museo de la Caza y de la Naturaleza, en el barrio Le Marais, en París, fue diseñada por el artista para poder tener todas las "comodidades" necesarias para subsistir durante las dos semanas.


Poincheval se alimentó a base de lombrices, insectos, frutas secas y miel, al igual que un oso. La experiencia fue transmitida en directo en la web a través de dos cámaras que se encontraban en el interior del animal.


El artista está "familiarizado con las situaciones extremas", ya que vivió durante una semana en un hueco bajo tierra en una librería, como también en la Torre Eiffel.