La diferencia horaria de once horas entre Brasil y China obliga a los aficionados de fútbol a quedarse despierto hasta altas horas de la noche, y más aún si quieren ver todos los partidos del Mundial. Esta fiebre mundialista causó tres muertes en lo que va de la Copa.


Un hombre apellidado Zhou, de 39 años, murió el domingo en la metrópoli oriental de Shanghai tras permanecer tres noches consecutivas sin dormir siguiendo el evento deportivo. El hombre, que tenía la tensión arterial alta, sufrió un ataque en el sillón mientras veía el partido entre Uruguay y Costa Rica.


Por otra parte, un ciudadano de 25 años fue hallado muerto en Suzhou, en la provincia oriental de Jiangsu, frente al televisor en su hogar en la mañana del sábado. Los médicos atribuyeron su muerte a la falta de sueño.


Otro hombre, Li Mingqiang, de 51 años, que fue futbolista profesional en la ciudad de Dalian, en la provincia nororiental de Liaoning, falleció cuando veía el partido entre Holanda y España. Sus amigos, que se encontraban con él, llamaron a los servicios de emergencia después que Li sufriera un fallo cardíaco, pero el tratamiento no logró reanimarlo.


La mayoría de los partidos del Mundial comienzan entre la medianoche y las seis de la madrugada en China, por lo que deben quedarse hasta altas horas de la noche y luego seguir de largo para concurrir a sus respectivos trabajos.