La tradición de origen celta conocida como 'Noche de brujas', y que es muy popular en países anglosajones como Canadá, Estados Unidos, Irlanda o el Reino Unido, continúa propagándose por el resto del mundo.

Como la comparación con el virus del ébola es poco feliz, la sorpresa de la morbosidad se destaca con el consumo de todas las ofertas comerciales que surgen a partir de un fenómeno que lleva 5 mil víctimas mortales.

Como las críticas se reprodujeron, Johnathan Weeks, el presidente de la compañía defendió la creación de la fantasía sexual: "Se puede encontrar en cualquier sitio la máscara de zombi para los niños de 8 años, con cortes y cicatrices en la cara. ¡Es Halloween, es un día. Si la gente lo toma en serio es porque ellos no saben lo que significa Halloween", argumentó.

Los consumidores adaptaron la posibilidad de usar el traje para la fiesta de muertos vivientes, fantasmas y chicos pidiendo caramelos, para llevar el encuentro de los enfermeros anti ébola a la cama.