A los 15 años, Nathan Hewitt, vivía a base de comida chatarra y se pasaba horas encerrado en su cuarto jugando a los videojuegos. En ese momento pesaba 146 kilos.

Pero hubo algo que lo hizo cambiar de parecer cuando fue rechazado en un juego de montaña rusa porque la barra de seguridad no cerraba debido a su sobrepeso. "Supe en ese momento que tenía que cambiar mi vida para siempre", dijo.


Siete años después, el británico logró perder 70 kilos, y ahora parece un modelo de revista. Además, está a punto de comenzar un emprendimiento para ayudar a niños obesos de su ciudad, en Gales del Sur. "Una gran cantidad de niños obesos no creen que puedan hacer los cambios que necesitan para perder peso, pero yo estoy ahí para demostrarles que sí pueden", añadió.

Y como si eso fuera poco, el gobierno le otorgó una subvención para que pueda poner en marcha su propia empresa de fitness.