Miles de turistas se acercan cada año a Dunedin, en Nueva Zelanda, para conocer Baldwin Street. Según el Libro de los Récords Guinness, se trata de la calle con más pendiente del mundo, con una longitud de 350 metros y una inclinación del 35%.

Esta anomalía urbanística surgió durante la creación de la ciudad, cuando sus primeros pobladores quisieron reproducir los suburbios de Edimburgo, planteado sobre una cuadrilla, sin tener en cuenta los desniveles del terreno

La pendiente es tan pronunciada que la calle lleva una capa de hormigón  para evitar que el asfalto se derrita y se deslice cuesta abajo en los días calurosos.

Baldwin street se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad desde que fue reconocida como la más empinada del mundo por el Libro de los Récords Guinness. Sin embargo, se ha generado una gran polémica con esta decisión, ya que hubo una disputa con otras calles del mundo, como el caso de Canton Avenue, en Pittsburgh, Estados Unidos.