Jillian Mai Thi Epperly, la creadora de la secta de la caca, llegó a tener 58.000 miembros promocionando una bebida que causa diarrea. Cuando un hombre siguió su protocolo, en lugar de quimioterapia, y murió, se desató el furor. La red social no lo cerró, pero la justicia pide información.

Su Jilly Juice consiste en un batido de col, sal y agua que se deja fermentar a temperatura ambiente, se toma y causa una diarrea ("cascadas", en palabras de la mujer) que termina con la causa de todas las afecciones del cuerpo (y otras cosas, como la homosexualidad o el síndrome de Down), que según Epperly es un parásito intestinal, la cándida. 

A pesar de haber recibido numerosas denuncias contra el grupo, nunca se cerró porque "no violaba las normas comunitarias", igualmente Jillian decidió ponerlo en privado y cerrarlo a todo el público salvo ella misma y sus seguidores cansada de sus detractores. Pero la muerte de un hombre de 55 años, enfermo de cáncer de páncreas que tomó el jugo por desesperación indignó mucho más a los usuarios de la red social. 

La fiscalía de Ohio, a diferencia de la Facebook, cree que el culto al Jilly Juice (también llamado "la secta de la caca" por sus detractores, nombre que Epperly lo adoptó con gusto) podría representar un peligro público.

Por eso en una carta, la funcionaria Rebecca Schlag le solicitó pruebas de algunas de sus afirmaciones, entre ellas: que su jugo podía hacer que volvieran a crecer miembros y órganos; que podría revertir el proceso de envejecimiento, el autismo y el síndrome de Down y que podría "corregir" el "estilo de vida LGBT" a lo que justificó Jillian como "una posible mutación del sistema reproductivo que envía señales contradictorias al cerebro. 

La dueña de la secta de la caca tiene una página web que mantiene abierta al público en Facebook con más de 5.400 seguidores. "Por 30 dólares al año, los clientes tienen acceso a foros privados para compartir experiencias y hacer preguntas", según BuzzFeed.  "Epperly también brinda consultas telefónicas personalizadas por USD 70 la hora", aunque "no tiene antecedentes en medicina o ciencia". 

A mediados de 2017 Bruce Wilmot, diagnosticado con una recurrencia de cáncer de páncreas, decidió que no quería volver a pasar por una quimioterapia y encontró el grupo de Facebook que promocionaba el Jilly Juice, capaz de curar todas las enfermedades, incluido el cáncer, por la destrucción de la cándida. "Mi papá estaba realmente desesperado", dijo su hija, Taylor Wilmot, a BuzzFeed. "Estaba muy triste y no quería morir".

El rabino que acompañó a Wilmot en los momentos finales recuerda que estaba básicamente esquelético, por la enfermedad en sí y por la diarrea constante. Al conocerse la noticia de su muerte, una docena de grupos de Facebook, el mayor de los cuales tenía 10.000 miembros, según BuzzFeed, comenzó un movimiento en contra de las ideas de Epperly, que dado el caso de Wilmot se revelaban peligrosas.

La fiscalía de Ohio solicitó pruebas y otras cosas proclamadas en el grupo de Facebook: "Datos escritos, informes y evidencias", detalló Kate Hanson, vocera del organismo. "Si no hay comprobación legítima de las afirmaciones que hace, se abre la posibilidad de una demanda contra ella", analizó Efthimios Parasidis, profesor de Derecho y Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio.

Epperly minimizó la investigación en un vídeo que publicó en su página de Facebook: "Si de algún modo no puedo probar con alguna clase de información que ser LGBT es una mutación, entonces lo quito", dijo, sobre los contenidos actuales de su sitio. En un video dedicado a quienes la odian, se rió y dijo: "¡Volví a Facebook!".