La isla Elliðaey, que forma parte del archipiélago Vestmannaeyjar, en la costa sur de Islandia, fue habitada hace 300 años por pescadores, aunque actualmente se encuentra deshabitada.

Si bien en la casa no hay electricidad ni conexión a Internet, hay un buen sauna y un sistema que recolecta el agua potable de la atmósfera.


La casa se vio inmersa en el centro de la polémica cuando en 2000, el entonces Primer Ministro de Islandia, Davíð Oddsson, intentó regalársela a la cantante Björk. "La cantante Björk ha hecho más para hacer popular a Islandia que la mayoría de los islandeses", dijo. En realidad, Björk posee una casa en otra isla que tiene el mismo nombre


Ahora, la casa sirve como refugio de una asociación local que se dedica a la caza de frailecillos atlánticos en la isla.  Solo los miembros de esta organización tienen derecho a usar esta casa, por lo que los demás tendrán que conformarse mirándola desde lejos.