La familia de Alisa -de diez años- posee una manada de lobos en la villa Zacherevye, que se localiza 250 kilómetros al norte de Minsk en Rusia.

Alisa y sus padres domesticaron a los animales salvajes y el resultado es increíble: ella disfruta jugando con ellos e incluso les permite que laman su rostro sin temor a ser mordida.

El padre de la familia, Oleg, es un agente forestal que adoptó a los lobos cuando eran cachorros en 2009. Cinco años después, los animales están completamente domesticados y viven con los Selekh como si fueran mascotas convencionales.

Los lobos son criaturas salvajes cuyo comportamiento se basa en la jerarquía al interior de la manada y se consideran los animales carnívoros con las habilidades sociales más desarrolladas del mundo animal.

De hecho estos animales tienden a compartir el liderazgo a través de una pareja alfa, quien dirige a la manada para la caza o la distribución del alimento.

Como manada los lobos logran sobrevivir debido a que cada uno cumple un rol, curiosamente es siempre el lobo más hambriento quien se alimenta, no el más grande.

La creencia popular advierte a los humanos acerca de los lobos, precisamente por ser animales salvajes, sin embargo, los lobos tienden a evitarnos y escapar apenas avistan a uno.