La fotógrafa Yevguenia Arbugaeva, del diario New Yorker, publicó unas impactantes fotos del hombre más solitario del planeta, Vyacheslav Korotki, de 63 años, un explorador polar profesional y meteorólogo que trabaja y vive solo en el Polo Norte. Los últimos treinta años de su vida trabajó en barcos del Ártico. Recientemente se instaló en un lugar llamado Jodovarija en una península en la costa del Mar de Barents. Antes aquí había una aldea pero ahora solo hay un faro semi-abandonado.

El trabajo de Vyacheslav es observar y registrar los datos meteorológicos diarios y mediciones de temperatura, el viento y la nieve. Korotki transmite estos datos a otra estación meteorológica, que después los manda a Moscú. Una vez en año le traen productos e instrumental. La ciudad más cercana se encuentra a una hora de vuelo en helicóptero.

Korotki soñaba desde joven con los espacios abiertos y el estudio del Ártico. Su esposa vive en Arjángelsk, pero no tiene hijos. Durante sus visitas a la ciudad de Arjángelsk, Vyacheslav se siente incómodo por el ruido del tráfico y de la gente.