Europa es un espejo donde latinoamérica puede mirarse para ver el futuro. Todo lo ocurrido con el coronavirus les llegó primero a ellos y luego alcanzó a nuestra región.

Por eso, ver cómo miles de ciudadanos en Roma y Madrid enfrentan el toque de queda de los gobiernos como una forma de frenar la ola de contagios del rebrote invernal del virus marca el cansancio de las sociedades al encierro y la dificulta económica que atraviesan.

Partidos políticos de izquierda, gente sin trabajo, vándalos a la libre y demás se unieron para sembrar el caos en las calles rompiendo vidrieras y quemando vehículos como una forma de manifestar su disgusto.