El vicegobernador de la provincia de Kémerovo, Serguéi Tsívilev, se puso literalmente de rodillas ante la multitud de ciudadanos convocados ante la Administración de la ciudad, tras el incendio en el centro comercial Zímniaya Vishnia, que costó la vida de al menos a 64 personas, de las cuales 41 son niños.

Luego de siete horas de protestas, Tsívilev salió y trató de dirigirse a los ciudadanos usando un micrófono aunque sin éxito. Para luego realizar un gesto que dividió aguas entre los presentes. 

"Les pido perdón a todos ustedes, a todos quienes se vieron afectados, a todos los vecinos de la ciudad, les pido perdón por lo ocurrido", afirmó Tsívilev. Y se arrodilló. Unos segundos después, se levantó y explicó su acción: "Hace mucho tiempo que en Rusia la gente se arrodilla para pedir perdón".

En el mismo discurso, el funcionario prometió que todos los responsables del trágico incendio del pasado miércoles 25 de marzo serán castigados.