Tras 17 horas de intensas negociaciones, el gobierno griego y la eurozona alcanzaron "un acuerdo unánime". Según se indicó, "todo está preparado para llevar al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) el programa para Grecia, con serias reformas y apoyo financiero".

El "acuerdo unánime", por cierto, implica que el gobierno de Alexis Tsipras debió realizar "concesiones difíciles" a los organismos de crédito, según confesó el propio primer ministro de Grecia, quien señaló que “se luchó hasta el final para lograr un acuerdo que permitirá al país recuperarse".

Para iniciar negociaciones con vistas a lograr un tercer rescate del MEDE, Tsipras dijo que "tuvimos que hacer concesiones difíciles para evitar la aplicación de los planes de algunos círculos ultraconservadores europeos".

Este acuerdo permitirá salvaguardar la "estabilidad financiera" del país helénico, por lo que el líder de Syriza manifestó su esperanza de que algunas de las medidas pactadas, como el paquete de inversiones y la renegociación de la deuda, ayuden a calmar a los inversores y a contrarrestar las medidas recesivas que incluye el programa.

"Creo que el pueblo reconoce el combate difícil que tuvimos y que en esta ocasión el peso de las medidas será mejor repartido entre la sociedad", añadió el líder griego a su salida de la cumbre de la eurozona que se llevó a cabo Bruselas.

Tsipras dijo que su gobierno afrontó una "dura batalla" durante seis meses para llegar a este punto, y prometió seguir luchando "para restablecer la soberanía nacional".

A cambio del plan de reformas que conlleva el acuerdo, y que el gobierno griego pondrá en práctica de inmediato, el país recibirá ese tercer rescate por parte del MEDE, que se situaría en torno a los 82.000 a 86.000 millones de euros.