"Estoy convencido que quienes nos sentimos demócratas no debemos permitir que Alberto Fujimori muera en prisión, porque la justicia no es venganza", aseguró Pedro Pablo Kuczynski este lunes en un mensaje al pueblo peruano visiblemente agitado, desde el domingo, cuando se conoció la noticia de que finalmente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión, había sido indultado.

Tras el escándalo, el presidente de Perú intenta justificar el indulto "humanitario" a Fujimori

Pero la decisión de Kuczynski hace ruido en miles de peruanos que ven la peculiar coincidencia con el voto de los "fujimoristas díscolos" que evitaron que el actual mandatario deje el poder por el escándalo de corrupción en la causa Odebrecht. 

Kuczynski, de 79 años, admitió la gracia presidencial que concedió el domingo a Fujimori "ha sido la decisión más difícil" de su vida. "Se trata de la salud y las posibilidades de vida de un expresidente del Perú que habiendo cometido excesos y errores gravísimos fue sentenciado y ha cumplido ya doce años de condena", explicó el jefe de Estado.

Al grito de "traidor", muchos manifestates salieron a las calles el domingo y lunes para recordar que Kuczynski prometió durante la campaña electoral de 2016 no liberar a Fujimori, condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad. 

"No es posible indultar esos crímenes. Lo dice el derecho internacional", indicó Carlos Rivera, abogado de familiares y víctimas de la política antiterrorista de Fujimori.

Por su parte, el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco,  lamentó la "vulgar negociación política" que derivó en el indulto al dictador peruano. "En lugar de reafirmar que en un estado de derecho no cabe un trato especial a nadie, quedará para siempre la idea que su liberación fue una vulgar negociación política a cambio de la permanencia de Kuczynski en el poder", escribió en su cuenta de Twitter Vivanco. 

Alberto Fujimori y su condena 

Alberto Fujimori (presidente de Perú durante el período 1990- 2000) estuvo preso más de 10 años, desde 2007, luego de ser condenado a 25 años de cárcel por la autoría mediata de las matanzas de 25 personas en 1991 y 1992 perpetradas por el grupo militar encubierto Colina, y el secuestro de un periodista y un empresario en 1992.