Hazte la fama y échate a dormir, dice el dicho; pero Bill Clinton prefiere mantenerse despierto y, en cuanto puede, despuntar el vicio... de mujeriego, mal que le pese a la ex secretaria de Estado de Barack Obama, Hilary Clinton.

Ahora le tocó estar justo frente a la cámara de una simpatizante cuando el exmandatario –recordado también por su affaire con la becaria Monica Lewinsky– le observaba fijamente los pechos.