En una segunda noche de disturbios, la policía se vio obligada a dispersar a unos 200 manifestantes mientras se escuchaban disparos en el barrio de Sherman Park hacia las 23 hs de la noche del domingo. 

Este último incidente violento ocurrió después de que varios policías estadounidenses fueran atacados como represalia por la muerte de afroamericanos desarmados; incluso un policía fue llevado a un hospital con una herida en la cabeza tras recibir un golpe con un ladrillo.

Los manifestantes también rompieron los vidrios de un patrullero que estaba sin ocupantes y prendieron fuego a otro vehículo oficial y generó un saldo de 17 personas arrestadas. 

"Los oficiales continúan recibiendo pedradas mientras tratan de dispersar pequeños grupos de revoltosos en el área de Sherman y Burleigh", señaló la policía en Twitter, agregando que vehículos armados fueron desplegados para proteger a los agentes.

El gobernador de Wisconsin, Scott Walker activó la Guardia Nacional el domingo, después de coordinar acciones con altos funcionarios estatales.

La protesta se inició, según la policía, después de que dos personas interceptadas en su coche se dieron a la fuga a pie y que Sylville Smith, armado y de 23 años, fuese abatido con una  pistola semiautomática.

Estos incidentes ocurrieron en un contexto de tensiones por una serie de muertes en los últimos tiempos de negros desarmados en Minnesota y Luisiana.

El concejal Khalif Rainey, que representa al área de Milwaukee en la que se registraron los disturbios, hizo un "llamado de alerta" por la violencia, dados los problemas que enfrentan los residentes negros de Milwaukee, como la pobreza y el desempleo y agregó: "La comunidad entera ha visto y ha sido testigo de como Milwaukee, Wisconsin, se ha convertido en el peor lugar para vivir para los estadounidenses negros en el país entero". 

Desde la Casa Blanca, el presidente  Barack Obama fue informado de los hechos y aseguró que brindará todo su apoyo para bajar la escalda de tensión y violencia racial. 

Fuente: EFE