Media vida en el corredor de la muerte por un delito que jamás cometió. Glen Ford sufrió los últimos 29 años su estadía en una cárcel de máxima seguridad, para los detenidos que esperan su turno hacia la silla eléctrica.

Este estadounidense de 54 años fue condenado a la pena máxima en 1984 por el asesinato de un joyero, pero este martes fue liberado por un tribunal de Luisiana al demostrarse al fin su inocencia.

"He estado encerrado durante casi 30 años por algo que no hice. No puedo volver atrás y hacer como si nada hubiera pasado. Tendría que actuar como si tuviera 35, 38 o 40. Cuando me encerraron mis hijos eran bebés y ahora son adultos", declaraba Ford al momento de salir.

"Es un día maravilloso. Hemos estado trabajando en el caso durante décadas, literalmente. Espero que este sea el primer día de una nueva vida para Glenn", decía su abogado, Gary Clements.

Ford, que ha sido uno de los presos que más tiempo ha pasado en el corredor de la muerte, siempre proclamó su inocencia. En el año 2000, el tribunal Supremo de Luisiana dijo que había pruebas que implicaban a dos hermanos en la muerte del joyero pero no se le concedió la libertad.