La policía alemana de Seguridad del Estado, encargada de la persecución de delitos con motivación política, abrió una investigación contra dos neonazis, cuyas identidades no trascendieron,  acusados de atacar  a una madre y dos niños procedentes de Europa del Este.

El más joven de los agresores incluso orinó sobre los niños de 5 y 15 años en el mismo tren. Los pasajeros que estaban en el vagón alertaron a la policía que pudo detener a los dos hombres cuando el tren arribó a una estación.

Los neonazis, que ya se encuentran en libertad, tenían antecedentes por delitos relacionados con la extrema derecha, precisó un portavoz de las fuerzas de seguridad. Para que la denuncia prospere las víctimas deberían acudir a la justicia.

El responsable del Ministerio de Interior de Berlín, Frank Henkel calificó la agresión de "insoportable rostro del racismo" y subrayó  que "cuando ultraderechistas orinan sobre niños o desfilan por centros de acogida de refugiados con listones de madera a modo de antorcha se ha sobrepasado con creces la línea roja".

"En mi cargo uno cree haber oído mucho. Pero estamos ante un incidente particularmente desagradable y repugnante", destacó el funcionario.