Francesco Schettino, capitán del barco que chocó cerca de la costa de Giglio, Italia, contó ante la Justicia su versión oficial de los hechos y, como era de esperarse, no se hizo cargo de las responsabilidades.

El capitán, que abandonó la nave luego del choque dejando a cientos de personas varadas, afirmó que tardó en dar la alarma "porque quería hacer llegar la embarcación lo más cerca posible de la isla del Giglio".

Según expresó, de haber dado las alarmas anteriormente "la gente se habría tirado del barco". Posteriormente, aseveró: "Yo como comandante, soy el primero después de Dios".

Además, dijo que no quería generar "pánico" en los pasajeros y le echó la culpa a la tripulación por estar "mal informado". Esta es la primera vez en el proceso judicial que el capitán rompe el silencio ante los jueces.

La nave chocó en enero de 2012 contra las rocas de la costa de Giglio, provocando la muerte de 32 personas y decenas de heridos. El capitán abandonó la nave cuando todavía personal de la tripulación y los pasajeros estaban en el interior.