"Las palabras no pueden describir el impacto y el dolor que nuestra familia está experimentando por la muerte de nuestro hijo", comunicaron  Matt y Mellissa Graves horas después de que el pequeño Lane fuera hallado muerto en el predio donde estaba el enorme lago artificial del resort de Disney World, en Orlando. 

"Estamos devastados y pedimos privacidad durante este tiempo de dificultad extremo. Para todas las autoridades locales y el staff que trabajó sin descanso las últimas 24 horas, expresamos nuestro más profundo agradecimiento", concluyó el comunicado de la familia. 

El menor murió producto de un ahogamiento y de heridas traumáticas al ser arrastrado por el animal que dejó el cuerpo intacto en la costa. 

Por su parte desde la compañía Disney se solidarizaron con los Graves aunque no hicieron mención de las supuestas graves fallas de seguridad que permitieron que un caimán pueda acceder al niño.  Si bien en un primer momento, las autoridades responsables habían salido a decir que había carteles alertando no bañarse, la empresa no volvió a repetirlo siendo probable que deba enfrentar un juicio millonario por la muerte de Lane.