La embarcación fue rescatada con 450 inmigrantes ilegales que viajaban a la deriva por el Mar Mediterráneo, con el barco en piloto automático y direccionado hacia las costas italianas.

En su mayoría, son refugiados sirios que escapan de la feroz guerra civil, y que fueron trasladados por una red de inmigración ilegal que parece haber utilizado este nuevo método. Se estima que partieron de Turquía o Chipre.

Supuestamente la tripulación abandonó la nave cuando ésta se dirigía hacia las costas italianas y la dejaron en piloto automático. Pero, por alguna razón, el barco se detuvo y los inmigrantes quedaron a la deriva con muchas chances de chocar contra las rocas y que termine en un verdadero desastre.

Pero la Guardia Costera italiana reaccionó a tiempo y a través de algunos helicópteros y otras embarcaciones rescataron a los inmigrantes que habían quedado varados.

El Servicio de Guardacostas alertó que se "corre peligro de una catástrofe", ante la posibilidad de que el barco se estrelle contra las rocas de la costa, según consignaron los medios locales.

El martes pasado otra embarcación repleta de inmigrantes ilegales (casi 1.000 personas)  también sin tripulación, arribó al puerto de Gallipoli.