El movimiento islamista perseguido por el ejército israelí en la Franja de Gaza, podría aceptar un alto el fuego por razones humanitarias, mientras los combates terrestres y los bombardeos continúan dejando decenas de muertos en ambos bandos.

El líder del grupo islamista Hamás, Khaled Meshaal, dijo este miércoles que estaba listo para aceptar una tregua humanitaria en Gaza, pero que no acordaría un cese al fuego total hasta que los términos sean negociados.

"Todos quieren que aceptemos un cese al fuego y luego negociemos nuestros derechos, rechazamos esto y lo rechazamos nuevamente hoy", dijo Meshaal en Qatar.

Las reivindicaciones de la organización islamista no han cambiado: sus dirigentes piden el levantamiento del bloqueo de Gaza en vigor desde 2006, la apertura de la frontera con Egipto y la liberación de decenas de palestinos presos por parte de Israel.

Meshal rechazó de plano la exigencia de Israel -que ayer tuvo eco en la UE- de desarmarse y subrayó que "la resistencia solo lo haría si Israel también se desarma".

"Nadie podrá desarmar a la resistencia, que está levantando la cabeza de forma orgullosa ante un enemigo que no puede con ella", resaltó el líder islamista.

La Cruz Roja ha expresado preocupación por tres partes de la zona en conflicto y asegura haber rescatado a 150 civiles tras los enfrentamientos en el sur.

El balance de muertos palestinos se elevó a 678 con la muerte de 47 personas este miércoles, causados por la ofensiva de Israel contra esa región desde el 8 de julio.

Israel dijo que otros tres de sus soldados murieron el miércoles, al tratar de detener el lanzamiento de cohetes de los palestinos y de destruir su red de túneles. Según el gobierno israelí, 32 de sus soldados han muerto en la ofensiva, junto con dos civiles israelíes y un trabajador extranjero.