Theresa May, primera ministra británica detalló este lunes desde el Parlamento que los extranjeros que residan en el país o lleguen antes de una fecha límite, podrán mantener sus derechos "como si fueran ciudadanos británicos" luego del Brexit.

La semana pasada May informó en Bruselas que el Reino Unido iba a otorgar la condición de "afincado" permanente a aquellos comunitarios que hayan residido al menos cinco años en el país, lo que les garantizará el acceso al mercado laboral, sistema sanitario, prestaciones sociales y pensiones. 

Aquellos que hayan llegado antes de la fecha de corte -que se establecerá entre marzo de 2017 y marzo de 2019-, podrán permanecer los cinco años necesarios para adquirir esos derechos. Pero también se alerta que quienes entren al país luego de esa fecha, se encontrarán con "controles que limiten" sus posibilidades de "vivir y trabajar" en el país. 

Para distinguir a los europeos con derechos adquiridos, el Ministerio de Interior británico expedirá un "documento de residencia" que será imprescindible para todos los que quieran acceder a un empleo o a los servicios públicos, con independencia de su fecha de entrada en el país.

La primera ministra aseguró en la Cámara de los Comunes que los derechos de los 3,2 millones de europeos en el Reino Unido y los 1,2 millones de británicos expatriados en el resto del continente son una "prioridad inmediata" en las negociaciones sobre el Brexit que comenzaron la semana pasada.

May dijo que se establecerá un sistema de registro para los ciudadanos comunitarios tan sencillo como sea posible, tras las críticas que ha recibido su gobierno por el formulario de más de 80 folios que hasta ahora deben rellenar los europeos para obtener la residencia permanente. "Queremos eliminar algunos de los requisitos técnicos que actualmente son necesarios para obtener la residencia permanente bajo las normas comunitarias. Por ejemplo, no pediremos a nadie que demuestre que está en posesión de un seguro médico completo". 

El documento británico publicado este lunes constata que la libertad de movimientos entre ambos lados del Canal de la Mancha "se terminará" con el Brexit.
El texto subraya que "la inmigración entre el Reino Unido y la Unión Europea continuará existiendo", pero deja claro que Londres está estudiando opciones legales para limitar la llegada de inmigrantes europeos.