Mohamed Lahouaiej Bouhlel, le envió una sonriente selfie a su hermano horas antes de matar a 84 personas, entre ellas 10 niños, y herir a otras 200 en la ciudad francesa de Niza, el jueves pasado.

El asesino, nacido en Túnez y de 31 años de edad, hizo una llamada telefónica a su casa antes de enviarle a su hermano Jaber Bouhlel, de 19 años, una foto posando con amigos en la localidad del sur de Francia.

"Me mandó una selfie y me dijo que estaba feliz, y que todo en su vida era normal", contó Jaber. Unas horas más tarde, su hermano arremetió contra la multitud observando un espectáculo de fuegos artificiales en el Paseo de los Ingleses, con un camión articulado de 19 toneladas. Terminó abatido por la Policía.

Según sus amigos, cuando el hombre tenía 17 años ya consumía drogas y alcohol, lo que solo empeoró su estado: Bouhlel estaba bajo medicación para controlar su ira y sufría de severos brotes psicóticos. "De 2002 a 2004 tuvo problemas que lo llevaron a una crisis nerviosa. Se enfadaba, gritaba y rompía todo que veía delante de él. Se había puesto violento y estaba muy enfermo. Lo llevamos al médico y le recetaron medicación".

El jueves 14 de julio un camión chocó contra una multitud que se encontraba en el Paseo de los Ingleses de la ciudad francesa de Niza para celebrar la festividad del Día Nacional de Francia. Un camión blanco de gran porte avanzó varios cientos de metros haciendo zigzags para atropellar al mayor número de personas, causando 84 víctimas mortales, entre ellas varios niños, y dejando al menos 120 heridos. Mohamed Lahouaiej Bouhlel, franco-tunecino de 31 años, fue abatido.