El  Fondo Monetario Internacional (FMI cifró la necesidad de financiación de Grecia entre 2015 y 2018 en 50.000 millones de euros, por lo que incluso con el plan presentado por los acreedores internacionales requeriría 36.000 millones de euros más de los socios europeos y sería necesaría una reestructuración de la deuda del país.

En un  análisis elaborado antes de la ruptura de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores, el organismo considera la deuda de Grecia "insostenible" y asegura que la situación emperó desde la llegada al Gobierno del primer ministro izquierdista Alexis Tsipras, al rebajarse, en opinión del organismo, los objetivos fiscales y ralentizarse la aplicación de reformas estructurales.

A tres días del referendum convocado por el Gobierno izquierdista de Syriza, el análisis del Fondo le ha venido como anillo al dedo a Tsipras quien redobló su apuesta y llamó ayer a los griegos a votar "No" a las exigencias de sus socios y acreedores y abrir, de esta manera, un proceso de renegociación entre su país y Europa que contemple un recorte y una reestructuración de la deuda y sus vencimientos.

Si bien el Fondo culpa a Syriza y a Tsipras de haber conducido a su país a la histórica crisis en la que se debate en estas horas, el documento producido por sus técnicos y emitido por el organismo de manera oficial podía ser una señal de diferencias al interior del propio FMI y de una parte de éste con los acreedores.

El FMI considera que para garantizar que la deuda sea sostenible es necesario que las políticas de Grecia vuelvan a la senda correcta, pero también, como mínimo, ampliar "significativamente" los vencimientos de los actuales préstamos de sus acreedores.

Asimismo, cree que son necesarias nuevas ayudas por parte de los socios europeos con unas condiciones similares a las del préstamo actual para que el país pueda cubrir sus necesidades de financiación en los próximos años.

Sin embargo, también advierte de que si el paquete de reformas en consideración se debilita aún más, en particular a través de una nueva reducción de los objetivos de superávit primario y una mayor debilidad de las reformas estructurales, "se volverían necesarias quitas en la deuda".

El informe, que se publica tres días antes del referéndum convocado en Grecia, se insiste durante el texto en que la situación macroeconómica es peor debido a que no se ha seguido el camino establecido.

"Si el programa se hubiera implementado como estaba previsto, no hubiera sido necesario un mayor alivio de deuda bajo el marco del acuerdo de 2012", apunta el documento.

Entre los escenarios que propone el documento, en uno de ellos el organismo apunta la posibilidad de extender el periodo de gracia para el pago de deuda hasta 20 años junto con un periodo de amortización de 40 años en los préstamos actuales con la Unión Europea.

En este marco, que consideraría duplicar los periodos de gracia y el plazo de vencimiento de los préstamos de la UE, las necesidades financieras brutas se situarían una media del 10% del PIB durante el periodo 2015-2045.