Se trata de un proyecto en el cual la compañía Blue Frontiers coordina intereses benéficos con la ONG californiana Seasteading Institute, mediante la inversión filantrópica de donantes de todo el mundo en la región autorizada por el gobierno de Polinesia Francesa: si bien el plan tiene como objetivo ayudar a los refugiados por catástrofes climáticas, los creadores imaginan un nuevo concepto de nación.

El programa prevé para 2022 la construcción de 300 viviendas en una isla artificial autogobernada, que además dispondrá de su propia criptomoneda: el Varyon. Con un presupuesto de 50 millones de dólares, los desarrolladores ya consiguieron donaciones como por ejemplo la de Peter Thiel, cofundador de PayPal, según informó Mail Online.

Además de imaginar una mini ciudad, creen que será una alternativa a los corruptos y devaluados sistemas políticos de la actualidad ya que funcionarán como centros comerciales completamente por fuera del sistema financiero global.

"Ello significa una estabilidad fuera de las influencias geopolíticas inestables, de los problemas comerciales y de las fluctuaciones monetarias. Es una incubadora perfecta", afirmó Nathalie Mezza-Garcia, representante del proyecto en distintos foros y convenciones internacionales.

Mezza-Garcia se adelanta y predice que en algún momento, en la Polinesia existirán cientos de islas autogobernadas, y sus vecinos podrán viajar libremente de una nación flotante a otra con la posibilidad de "simplemente llevarse su casa e irse flotando hasta otra isla".

La politóloga se autodefine como “seavangelesse”, el término que ella misma utiliza para presentarse como una evangelista a favor de vivir fuera del sistema, en el océano.