"El muro de la vergüenza". Así llaman a esta pared levantada en una longitud de 10 kilómetros en Lima, para separar a ricos de pobres.
El increíble informe muestra la situación que viven los pobladores de Pamplona Alta, quienes fueron separados en una especie de ghetto por ser linderos a una de las zonas más ricas de la ciudad.
Del otro lado se encuentra Las Casuarinas, creada en los años '50, donde hay casas que pueden llegar a costar más de cinco millones de dólares y cuenta con una vista privilegiada de toda la capital.
Pero esa vista, hace varios años, se vio 'opacada' por este asentamiento y por eso en los años '80 levantaron este muro que todavía prevalece y cuyos pobladores luchan por derrumbar.
"Como Las Casuarinas era una propiedad privada, decidimos que era mejor delimitarla y financiamos una parte del muro. Es una realidad que en Perú tenemos que protegernos de las invasiones, no necesariamente de los vecinos", dijo a BBC Elke McDonald, residente de Las Casuarinas desde 1958.
Hace tres años, se construyó el último tramo del muro, ante la aparición de otra invasión: el pueblo joven Vista Hermosa. Elke, recuerda: "Las casas empezaron a asomar. Sobre la línea divisoria del cerro se veían unos techitos. Los vecinos se asustaron. Ahora bajan y se nos meten al jardín, pensaban".

"El muro de la vergüenza". Así llaman a esta pared levantada en una longitud de 10 kilómetros en Lima, para separar a ricos de pobres.

El increíble informe muestra la situación que viven los pobladores de Pamplona Alta, quienes fueron separados en una especie de ghetto por ser linderos a una de las zonas más ricas de la ciudad.

Del otro lado se encuentra Las Casuarinas, creada en los años '50, donde hay casas que pueden llegar a costar más de cinco millones de dólares y cuenta con una vista privilegiada de toda la capital.

Pero esa vista, hace varios años, se vio 'opacada' por este asentamiento y por eso en los años '80 levantaron este muro que todavía prevalece y cuyos pobladores luchan por derrumbar.

"Como Las Casuarinas era una propiedad privada, decidimos que era mejor delimitarla y financiamos una parte del muro. Es una realidad que en Perú tenemos que protegernos de las invasiones, no necesariamente de los vecinos", dijo a BBC Elke McDonald, residente de Las Casuarinas desde 1958.

Hace tres años, se construyó el último tramo del muro, ante la aparición de otra invasión: el pueblo joven Vista Hermosa. Elke, recuerda: "Las casas empezaron a asomar. Sobre la línea divisoria del cerro se veían unos techitos. Los vecinos se asustaron. Ahora bajan y se nos meten al jardín, pensaban".