El 20 de octubre del año pasado, el adolescente negro Laquan McDonald caminaba por una calle del Southwest Side, en Chicago, cuando dos patrullas de policía intentaron bloquear su paso.

Menos de un minuto después de llegar a la escena, el agente blanco Jason Van Dyke disparó 16 veces contra el chico de 17 años, que falleció en el acto.

El martes, el policía que permanece en prisión sin fianza hasta que se lleve a cabo el juicio, fue acusado de asesinato; mientras tanto, se conocía el vídeo policial en el que se ve la terrible escena.

Con la acusación y la divulgación simultánea de las imágenes, centenares de personas volvieron a movilizarse por las calles de Chicago para protestar contra la violencia policial que suele sufrir la población negra, tanto en esa ciudad como en todos los Estados Unidos.