Los laboratorios Roche y Novartis deberán pagar una millonaria multa, acusados de establecer un acuerdo para impedir la distribución de un fármaco más barato para el tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad, la principal causa de ceguera en mayores de 60 años en el mundo desarrollado.

Según la decisión de la Autoridad Italiana Antomonopolio, Novartis deberá pagar 92 millones de euros y Roche, 90. Pese a las evidencias, al conocer la noticia, ambas compañías anunciaron que presentarán un recurso de amparo.

En nuestro país, lla Cámara Civil y Comercial Federal, se pronunció en favor del laboratorio LKM en una demanda iniciada por la multinacional suiza Novartis por la presunta violación de la patente de la droga imatinib mesilato.



La demanda fue iniciada por Novartis en 2007 con la intención de prohibir que LKM pudiese comercializar su producto Imatinib Martian recetado para tratamientos oncológicos e impedir la importación de su compuesto activo, la forma cristalina beta del imatinib mesilato.

La Autoridad consideró que el pacto entre las empresas, al promover el uso del medicamento más caro, habría costado a la sanidad italiana 45 millones de euros en 2012, y podría suponer hasta 600 millones anuales en el futuro (por el crecimiento de esta patología en el futuro). La diferencia de precio entre ambos medicamentos es sustancial: 20 euros frente a 700, aproximadamente.

Novartis es el productor de Lucentis, el fármaco oficialmente aprobado para tratar esta patología de la vista. Sin embargo, Avastin (de Roche) es un antitumoral con un mecanismo de acción muy similar, que en algunos ensayos ha mostrado eficacia similar en pacientes con degeneración macular, y al mismo tiempo es mucho más barato.

En la mayoría de países, la recomendación oficial es usar el fármaco más caro, Lucentis, aunque las autoridades italianas acusan ahora ambos laboratorios de obstaculizar el uso del otro fármaco, mucho más económico.

Según indica ahora el regulador italiano, ambas compañías habrían maniobrado para diferenciar artificialmente la utilidad de ambos medicamentos (con un mecanismo de acción idéntico), presentando Avastin como peligroso para usar en el ojo. Los dos se administran en forma de inyecciones intraoculares entre siete y 12 veces al año. En los próximos meses podría autorizarse en Europa un nuevo medicamento para la degeneración macular, más caro incluso que Lucentis.