Si bien el expresidente más popular de Brasil, Inácio Lula Da Silva, se encuentra sufriendo una fuerte avanzada judicial, el actual mandatario Michel Temer, se mostró preocupado de cara a las elecciones de octubre próximo por las posibilidades del líder del Partido de los Trabajadores.

“Lula no está muerto políticamente, en imagen, en presencia, carisma”, admitió el presidente, que consideró “un error” decir lo contrario, ya que sostuvo que Da Silva “tendrá influencia”.

En este sentido, en declaraciones a Radio Bandeirantes, Temer aseguró que le “gustaría que Lula pudiera disputar las elecciones y sea vencido”, ya que anticipó que si el exmandatario no puede participar como candidato debido a su condena “eso tensionaría al país”.

“Debemos distender las relaciones porque Brasil vive en tensión permanente”, señaló el presidente que accedió a su cargo luego del golpe a Dilma Rousseff y que es el jefe de Estado con menos popularidad de la historia de su país.

Las declaraciones de Temer surgen días después que la Justicia brasileña condenara a Lula a 12 años y un mes de prisión, en una causa en la que se lo acusa de corrupción y lavado de dinero. Al mismo tiempo, Da Silva marcha primero en las encuestas, con entre 36 y 40 por ciento de intención de voto.