"Si mi contagio sirve para algo, para encontrar una vacuna, si mi sangre sirve para curar a otras personas, aquí estoy", dijo la enfermera Teresa Romero al ser dada de alta del hospital madrileño Carlos III, el mismo donde trabajaba y se contagió la enfermedad.

"No sé lo que falló, ni siquiera sé si falló algo", dijo en conferencia de prensa la primera contagiada fuera de África, respondiendo así a las autoridades sanitarias de Madrid, que la acusaron de no respetar los protocolos para la atención de pacientes enfermos. "No guardo rencor", dijo, no obstante.

Romero agradeció "de todo corazón" a quienes la atendieron mientras estuvo internada, dijo entre lágrimas sobre los profesionales que "han demostrado que tenemos la mejor sanidad del mundo. Son profesionales que, a pesar de la nefasta gestión política, son capaces de obrar milagros", agregó.

Como se sabe, la mujer formaba parte del equipo que en septiembre pasado atendió a uno de los dos religiosos españoles que murieron de Ébola luego de ser repatriados desde tierra africana.