El veterano actor estadounidense Jerry Lewis ha fallecido este domingo a los 91 años en su casa de Las Vegas a causa de una distrofia muscular, según ha confirmado su agente. Pese a su avanzada edad y a los problemas de salud que acarreaba desde hacía tiempo (infartos cardíacos, cáncer de próstata, diabetes, inflamaciones pulmonares y un dolor de espalda crónico), el veterano intérprete aún se encontraba en activo y tenía pensado trasladarse a Canadá en breve para participar en el rodaje de una película. Precisamente, el año pasado intervino en la película ‘Policias corruptos’, en la que encarnaba al padre del protagonista, Nicolas Cage.

Nacido el 16 de marzo de 1926 en Nueva Jersey con el nombre de Joseph Levitch en el seno de una familia de comediantes de origen judío, Lewis comenzó a actuar en el mundo del espectáculo a la temprana edad de cinco años.

Considerado uno de los grandes y más personales actores de comedia de los años 50 y 60, Lewis formó un recordado dúo con el cantante Dean Martin, tanto en clubs nocturnos como en televisión y en cine, donde realizaron 17 películas juntos, entre ellas My Friend Irma (1949) o Loco por Anita (1956). Dino encarnaba al ligón atractivo que conquistaba a las chicas y Jerry era el torpe alelado pero tierno.

Los dos llevaban las situaciones a extremos maníacos y absurdos, lo que impactó fuertemente en un segmento importante del público, aunque es cierto que no a todos les agradó este tipo de comedias. Ambos se separaron como pareja artística de forma abrupta en 1956, aunque cuentan que 20 años después fue el propio Frank Sinatra quien volvió a unir a los antiguos amigos.

La ruptura alentó a Jerry a entregarse aún más en cuerpo y alma al mundo del cine ya que amplió su faceta de actor con la de productor, guionista y director. Si bien su primera película en solitario, The Delicate Delinquent (1957), demostró que enamorar a la pantalla era lo suyo, sus siguientes filmes fueron éxitos rotundos de taquilla, muchos de las cuales han llegado a nuestros días sin que el paso del tiempo les robe un ápice de gracia.

Lewis protagonizó una serie de comedias donde acuñó un humor muy peculiar y revitalizó con ingenio la antigua tradición del slapstick y el absurdo, como en El profesor chiflado (1963), considerada por la crítica francesa como su mejor película. Sin embargo, a mediados de los sesenta su estrella comenzó a decaer, ya que el público parecía cansarse de sus repetidos gags y sus filmes ya no triunfaban en taquilla.

Fuente: La Vanguardia