Mientras los medios replican hasta el hartazgo un audio ''filtrado'', aunque sería más justo decir ''compartido con fines inescrupulosos", una de las artistas más cercanas al productor teatral puso en claro quién es la víctima en este escándalo, y no habló de Bal por supuesto.

Como ejemplo de que las charlas privadas no tienen la perfección del discurso en público, Moria reconoció que las cosas que se dicen en los entretelones del Bailando -por ejemplo- significarían el exilio de cualquiera de los jurados.