Si se reproducen Zulema Yoma y Guido Süller, retocando el ADN resultante con genes de Graciela Alfano y Fernando Burlando, obtendremos algo parecido –solo parecido, ¿eh?– al recauchutado Camilo Sesto.

El cantante español que supo arrancar suspiros a señoritas y hasta algunos señores, pasó por el quirófano –al parecer, numerosas veces– para lograr el nuevo rostro que hoy presenta sonrientemente en televisión (si se puede considerar sonrisa a esa extraña mueca).

Es que con 69 años, el músico no puede aceptar que ha llegado el momento de dejar de ser una cara bonita y por tanto se niega a llevar su jubilación con cierta dignidad.