¿Es correcto juzgar cómo deciden divertirse las personas, en determinados espacios privados, en dónde todo lo que ocurre es responsabilidad de las personas que aparecen sin ocasionarle perjuicios a terceros?

Tal vez lo que pasa en los recitales de la Mona Jiménez no resulte apropiado para menores o según las buenas costumbres de determinado grupo social, pero es innegable que los juzgamientos están demás: las convenciones que definieron sus seguidores hacen que, lo que otros medios llaman "prácticas de La Mona", no sean más que una manera habitual de comunicación entre el artista y aquellos que eligen su show para disfrutar de una noche bailantera.

Las nuevas imágenes que circulan en la web serían de abril pasado, y se puede ver a  las fans deseosas de tocar las partes íntimas del cuartetero, además de sus manos indiscretas.

"El video que se hizo público hace algunas horas se dio en el entorno de un baile, donde uno no mide lo que está pasando por la vertiginosidad y la adrenalina propia del show. Sin embargo algunos medios están llevando esto al extremo con tal de generar una polémica para vender más", escribió el cordobés en su página oficial de Facebook.