Desde la postura, suelta y canchera, como sacándose rápido un problema de encima, hasta el tono sobrador y perdonavidas, todo el mensaje de disculpas de Fabián Doman sonó falso y sobreactuado.

Es evidente que siente que las críticas recibidas son exageradas y desmedidas, que cree que no debería pedir perdón por haber denigrado a dos personas que no podían escuchar cómo se reían de ellos desde el piso, y que de ser por él no se los pediría.

Pero son las reglas del juego de los canales, que cuentan con equipos legales y normas de compromiso tácito con su audiencia que lo llevaron a dar la cara a regañadientes,

Y se notó.