Ed Sheeran estuvo de viaje en Liberia, en África, donde conoció a niños que se encuentran durmiendo en un bote en medio de la intemperie de la playa.

El músico se conmovió tanto que les ofreció alojarlos en un hotel hasta que encuentraran un hogar permanente para ellos. Toda esta situación quedó grabada en un vídeo de recaudación y fue visto más de seis millones de veces lo que le permitió juntar 109 millones de dólares para causas de todo el mundo. 

El vídeo que hizo el cantante para la organización benéfica británica Comic Relief recibió el premio "Rusty Radiator", al "video de recaudación de fondos más ofensivo y estereotipado del año" por parte del del Fondo de Asistencia Internacional para Estudiantes y Académicos de Noruega. 

Según relató el fotógrafo Edward Echwalu, miembro de la organización Rusty Radiator "no se trata realmente de lo que está mal con el  vídeo, sino de la idea general de que tienen que traer a una celebridad occidental". 

Echwalu remarca que quienes hacen estos actos de caridad "no tienen idea de lo que hay en el continente" y agrega sobre la actitud de Sheeran: "Mírenlo: se sintió emocionalmente conectado con la situación y eso me dice que no tenía idea y que no está preparado para enfrentarse al tipo de dificultades que enfrentan las ciudades africanas". 

 "Nos gustaría poder hablar directamente con el público [sin intervención de un famoso], pero lo que encontramos es que si quisiéramos hablar sobre el fantástico trabajo que hacemos, las personas de la televisión no nos dan la palabra", dice Mike Noyes, de "ActionAids", asociación sin fines de lucro que lucha contra la pobreza y la injusticia. 

Sheeran también fue acusado de jugar a ser el "salvador blanco": metiéndose en las vidas de las personas y haciendo grandes gestos, aunque algunos opinan que en realidad todo lo que hacen es ponerse a ellos mismos en el centro de la escena y con poca comprensión de la situación general.