Siempre me pregunto qué pasaba en las habitaciones de los personajes más importantes de la historia del planeta. Y por habitaciones me refiero a coger. En este caso me tiré a averiguar la historia de uno de los tipos más crueles que vio España: Francisco Franco.

El tipo que realizó un genocidio que terminó con la vida de más de 50 mil personas, al parecer, no tenía mucho tiempo libre para las relaciones sexuales. Según su médico, sufría una acentuada fimosis, que es la estrechez del prepucio que hace que no se pueda descubrir el glande. A Franco le dolía coger. Tal vez, si le hubiera puesto más esmero a la cama y al meta y ponga, hubiera sido un hombre más feliz o, por lo menos, un hombre con menos tiempo para asuntos bélicos.

Y así fue, por el desinterés, o quizás el odio, que el General tenía respecto al sexo, que el poeta Federico García Lorca, entre millones de otras víctimas, fue asesinado por sus "supuestas aversiones sexuales".

"El sexo no le interesaba, sublimaba sus deseos en el ansia de poder. El general tenía las dos características principales para ser un hombre frío: complejo de Edipo y maltrato paterno''. Todos estos datos los reveló su médico privado a la periodista española Pilar Eyre, quien escribió un libro sobre el costado más íntimo del temido.

Y sigue: “Lo sé con total certeza porque Franco perdió un testículo en África, pero además hay tenía una fimosis muy acentuada, el prepucio muy cerrado, lo que me permite deducir, por mi larga experiencia en estos casos, que su vida sexual fue inactiva, que después de engendrar a su hija, que era inequívocamente suya, no volvió a tener relaciones sexuales ni con su mujer ni con nadie”.

La gente con la que trabajaba asegura que el orgasmo era, para él, el poder. Según el libro, su padre, Nicolás Franco Salgado, quien era alcohólico y golpeador, a su hijo le decía "Paquita" o "marica", porque el chiquito tenía voz aflautada, consecuencia de una sinusitis crónica.

La historia de Franco va de la mano de una carrera militar muy comprometida, después de graduarse de segundo teniente lo mandaron al regimiento de África. Después, comandante y luego, a sus 33, General.

“Franco parecía inmune a las balas, iba siempre en primera fila, entraba a la bayoneta si era necesario con las manos tintas en sangre y se negaba a recoger a los heridos para no perder el tiempo y mandaba a fusilar a cualquiera por cualquier cosa”, cuentan los soldados que trabajaron con él.

Pero el momento clave de su carrera y de todo un país, fue cuando, el 1 de Octubre de 1936, la junta de Defensa Nacional le entregó la Jefatura de Estado, nombrándolo Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Ahí el tipo se puso al mando de una guerra civil que duró tres años y, como dijimos, mató a mas de 50 mil personas. Después Franco, con todas esas muertes encima, siguió en la Jefatura del Estado hasta el 20 de Noviembre de 1975, que fue cuando finalmente estiró la pata por un choque séptico.

Estuvo casado con Carmen Polo pero según el libro estuvo enamorado de varias a quienes les escribía versos y postales. Sí. En esa época se mandaban postales. Con ella tuvo una hija y con ella era bastante más dulce que con el resto. Hasta la hacía dormir con películas de Popeye.

Y bueno, leyeron toda esta larga nota que cuenta algunas cositas sobre la vida de este dictador, para enterarse de dos datos inútiles que seguro no sabían: a Franco le dolía coger porque tenía el pito con problemas y además un solo huevo (como Hitler). Listo. Un besito.