Había soñado con el hombre manos de tijera. Había soñado que, mientras él le arrancaba la ropa, la lastimaba. Había placer en forma de saliva caliente. Como podían, él la había penetrado suave y contundente. Lo tenía adentro y adentro lo abrigaba erizada. Los escalofríos bajaron la intensidad hasta que llegaron de golpe para dejarlos ciegos y turbados. Él no la podía tocar pero con sus ojos recorría cada parte de sus nervios. Los labios negros, la tanga húmeda, el corazón atolondrado.

Se despertó transpirando. Recordaba cada segundo y cada color. Quedó tirada en su cama un buen rato, necesitaba borrar detalles para calmar su excitación. Fue al baño, se lavó la cara, se miró al espejo y una cachetada le recorrió su anatomía.

En un costado, cerquita de la boca, había allí un corte. Un corte recto y profundo. Se desmayó golpeándose la cabeza. Despertó. Había sido otra vez un sueño.

Se quedó en la cama, esperando el próximo.

Foto: http://xxxmydesiresxxx.blogspot.com.ar/2011_05_01_archive.html