De acuerdo a un análisis comparativo realizado por el diario La Nación, de no haber existido la ley de movilidad jubilatoria y se hubiese aplicado el plan que el actual Gobierno pretende instaurar para calcular los aumentos de las jubilaciones, los abuelos estarían cobrando un 20 por ciento menos.

Puntualmente, la jubilación mínima no llegaría a los seis mil pesos de aplicarse el índice de inflación como única variable en el cálculo para los haberes jubilatorios: sin embargo, la ley sancionada durante el gobierno de Néstor Kirchner en 2009, que obliga a actualizar el monto dos veces al año, posiciona la suma en 7246 brutos.

El cálculo tiene en cuenta cifras inflacionarias de consultoras privadas, y deja en claro que los jubilados tuvieron mejores aumentos gracias a la norma de movilidad. 

La fórmula que aplica esta ley incluye variables como la evolución de los salarios de los trabajadores y el aumento de la recaudación tributaria, de ahí, que los aumentos le hayan ganado al aumento de precios.

Entre 2009 y 2017, se registraron cifras positivas en siete periodos, mientras sólo en 2014 y 2016 el ajuste de los ingresos quedó por debajo de la suba de precios.

Teniendo en cuenta que el Gobierno espera mayor crecimiento económico y bajar la inflación, resulta obvio que el Gobierno pretende frenar el aumento de las jubilaciones.