"Se le pidió la renuncia" luego de "una discusión abierta respecto del diseño y proceso de toma de decisiones" en el área económica del Gobierno, anunció el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a la hora de explicar la salida intempestiva de Alfonso Prat Gay del ahora dividido Ministerio de Hacienda y Financias Públicas.

Entre los factores que pudieron haber desatado la "discusión abierta" que derivó en la expulsión del allegado a Elisa Carrió (quien aún no se manifestó al respecto) del Ejecutivo, podrían citarse dos.

Por un lado, el ahora extitular de la cartera económica no pudo poner límite a la debacle de todos los indicadores económicos, el último de los cuales fue el Producto Bruto Interno.

El jueves pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) confirmaba la fuerte recesión al hacer público que durante el tercer trimestre de este año, el PBI había registrado una caída de 3,8 por ciento respecto a igual período de 2015.

Pero no es el único indicador negativo para el Gobierno: la inflación sigue en el orden del 2 por ciento mensual, lo que complicaba o directamente imposibilitaba la expectativa de Prat Gay para 2017, de 17 por ciento para todo el año. Y el consumo, encima, sigue cayendo en picada.  

Y, por otro lado, Prat Gay tampoco fue capaz de llevar a fondo el ajuste promovido por el macrismo desde la Presidencia, lo que Dujovene –teniendo en cuenta sus postulados teóricos– vendría a cumplir.

De hecho y tras las designaciones de Nicolás Dujovne y Luis Caputo, economistas y especialistas de diferentes tendencias coincidieron en señalar que Macri busca "un perfil más técnico para el equipo económico", que se traducirá en un menor nivel de gradualismo y un mayor control del gasto público. Es decir: un ajuste más rápido y profundo.