Sin frases grandilocuentes ni metáforas de barcos, trenes o casas, el ministro de Economía viene mostrando un perfil propio alejado de lo que se vio en el país en los últimos años.

Con el éxito en la reestructuración de la deuda, el inminente acuerdo con el FMI y la calma lograda con el dólar, Guzmán sigue mostrando su estilo racional y medido que lo caracteriza, y le viene rindiendo muy buenos frutos.

Afín a no exagerar en las expectativas adelantó un crecimiento del 4% de los salarios para el próximo año, donde los tendrán como impulsores de la reactivación a través del consumo.