El analista Romain Hatchuel publicó una nota de opinión en The Wall Street Journal titulada "Los accidentales activistas billonarios" (The Accidental Billionaire Activists), planteando una asociación entre lo que ocurrió, por un lado en Rusia con Vladimir Yevtushenkov  acusado de lavado de dinero y su relación con Putin; y por el otro entre Argentina y los fondos buitre.

Para Hatchuel ambos casos muestran como los multimillonarios muchas veces son los que pujan por "la libertad y el rol de la justicia". Si nos centramos en lo que respecta a la Argentina,  para Hatchuel la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es autocrática y desoye la justicia internacional.

Incluso destaca la figura de Paul Singer que "obstaculizó" a la Presidenta logrando un duro golpe para el país que "lo llevó al default". Es decir, Hatchuel subraya que "gracias a estos fondos" el derecho y la justicia internacional pudieron entrar en acción, aunque se cuida de no mencionar el caracter extorsivo de estos fondos y las ofensas a nuestra soberanía nacional.

Hatchuel argumenta de manera casi infantil: "Los multimillonarios no están por lo general en la vanguardia de la lucha por la democracia. Uno tiende a pensar que están demasiado ocupados haciéndose cada vez más ricos, o gastando su abundante riqueza en bienes raíces suntuosos, yates y aviones privados (...) Pero por perseguir sus propios intereses económicos, los ultra ricos de vez en cuando pueden promover el estado de derecho, y así servir a un bien mayor".

Finalmente agrega: "Este activismo no intencional es similar a la idea de Adam Smith de la ¨mano invisible¨ del mercado, sólo que con implicaciones políticas más que económicas", una aclaración que parece más que evidente y que elige darle la derecha a la especulación desmedida del sistema financiero internacional.

El texto completo de la nota

Los Impensados Activistas Billonarios



De Rusia a Argentina, los ultra ricos, algunas veces sin querer, dan un golpe para la libertad y el estado de derecho

By Romain Hatchuel

La noticia de este miércoles que el multimillonario ruso Vladimir Yevtushenkov fue acusado de lavado de dinero y puestos bajo arresto domiciliario, dejo escalofríos en la clase rica de Rusia. El Sr. Yevtushenkov, el mayor accionista del conglomerado "Sistema", no es un crítico público de Vladimir Putin -a diferencia del magnate petrolero Mijail Jodorkovski, que fue encarcelado por diez años por fraude y evasión fiscal antes de su liberación a finales del año pasado- aunque él también parece haber mantenido conflictos con el presidente ruso.



Putin cuenta con el apoyo de las élites rusas para retener el control del poder. Esta parece haber sido una injusta detención y si el magnate   lanzara una sólida defensa capaz de sacudir la confianza de las élites en el líder de Rusia, el Sr. Yevtushenkov se habrá unido a un pequeño grupo que incluye también al señor Jodorkovski: el de activistas multimillonarios accidentales.



Los multimillonarios no están por lo general en la vanguardia de la lucha por la democracia. Uno tiende a pensar que están demasiado ocupados haciéndose cada vez más ricos, o gastando su abundante riqueza en bienes raíces suntuosos, yates y aviones privados. Muchos de ellos se dedican a actividades de caridad, pero a menudo es por causas en las que tienen un interés directo o narcisista, como las artes, la investigación médica o la educación. Raramente lo hacen por la defensa de la libertad o de los derechos humanos. Pero por perseguir sus propios intereses económicos, los ultra ricos de vez en cuando pueden promover el estado de derecho, y así servir a un bien mayor. Este activismo no intencional es similar a la idea de Adam Smith de la "mano invisible" del mercado, sólo que con implicaciones políticas más que económicas.



El episodio de Mijail Jodorkovski continúa exponiendo lo fluido que es el Estado de Derecho en Rusia. A principios de este verano, un tribunal de arbitraje con sede en Holanda ordeno a Rusia a pagar la friolera de $ 50 mil millones a los antiguos accionistas que controlaban la desaparecida empresa petrolera rusa Yukos; el Tribunal Europeo de Derechos Humanos llamo a Rusia a desembolsar $ 2,51 mil millones. Este fue el último desarrollo en una disputa que comenzó en 2003, cuando el señor Jodorkovski, presidente y accionista mayoritario de Yukos, fue arrestado y luego desposeído de su participación en la petrolera. Él ya había sido  visto, para entonces, como una amenaza para el naciente poder político de Putin.



Aunque no está claro si se va a beneficiar económicamente de las sentencias recientes, el señor Jodorkovsky y sus antiguos socios han conseguido poner a la Rusia de Putin en una situación embarazosa, justo cuando el país está más aislado que nunca tras sus movimientos imperialistas en Ucrania.



En Argentina, la autocrática presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ha visto obstaculizada por el manager de hedge-funds estadounidense Paul Singer, en una manera que los argentinos sólo se atrevían a soñar. La pelea Singer-Kirchner data de 2005, cuatro años después de que Argentina dejó de pagar su masiva deuda soberana. A los tenedores de bonos se les ofreció la oportunidad de intercambiar sus valores en mora por otros nuevos, por un valor alrededor de un cuarto del valor original de la deuda. Era mejor que perderlo todo, y muchos bonistas aceptaron el trato. La firma del Sr. Singer, Elliott Management, lo rechazó. Así comenzó una larga batalla legal, cuyo último resultado demostró ser un duro golpe para la Argentina.



Un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos del 16 de junio impidió a Argentina pagar a los que cambiaron sus bonos en default por otros de menor valor, si no pagaba a Elliott y a otros acreedores (conocidos como holdouts) que no aceptaron la oferta, lo que desencadeno el segundo default de Argentina en 13 años. El gobierno de la Sra. Kirchner -que en 2012 expropió una participación del 51% en YPF, la mayor empresa de energía local, a la corporación española Repsol- debe lidiar con las consecuencias de su mala gestión económica.



Bajo el liderazgo de 12 años del ex primer ministro y actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, Turquía se ha venido deslizando desde una democracia musulmana  medio oriental moderada, a un régimen más autoritario, con poco respeto por las libertades civiles. Aydin Dogan, un multimillonario y magnate de los medios de comunicación turcos, se ha enfrentado al gobierno. En 2009, después de ser golpeado por una controversial carga de $ 500 millones en impuestos y multas, el Sr. Dogan acusó al entonces primer ministro Erdogan de querer amordazar a los críticos y crear una "silencios y tranquila" Turquía.



A principios de este año, varias conversaciones telefónicas interceptadas del señor Erdogan fueron publicadas, dando lugar a un gran escándalo político. En una de esas grabaciones, se oía al primer ministro ordenando  a su ministro de justicia que logre una severa sentencia contra el Sr. Dogan en el caso de evasión de impuestos. La grabación filtrada no impidió la victoria aplastante del Sr. Erdogan en las elecciones presidenciales del país el 10 de agosto, pero esto expone la verdadera naturaleza de su control político sobre Turquía.



En Egipto, aunque Mohammed Morsi fue elegido presidente democráticamente en junio de 2012, tras el final caótico de los 30 años de gobierno de Hosni Mubarak, el líder de la Hermandad Musulmana se embarcó en una gestión cada vez más autocrática, que le hizo muy impopular. Después de meses de protestas, fue removido finalmente del poder mediante un golpe cuasi- militar, un año después de haber asumido. El magnate multimillonario egipcio Naguib Sawiris tuvo mucho que ver con la caída de Morsi.



Un opositor al presidente y a su organización islamista, el Sr. Sawiris utilizo su imperio de telecomunicaciones y medios (incluyendo una cadena de televisión que fundó y el periódico privado más grande del país), así como su partido político, Egipcios Libres, para apoyar el levantamiento contra Sr. Morsi. El deseo del Sr. Sawiris de tener un gobierno más respetuoso de la ley y amistoso con los inversores alimentó su hostilidad hacia el gobierno de Morsi. Igualmente lo afectaron las investigaciones fiscales en contra de sus empresas familiares, las que denuncio que eran motivadas políticamente.



No está dicho cuáles serán las consecuencias de las batallas de los señores Jodorkovski, Singer y Dogan en los países cuyos líderes, elegidos democráticamente, tienden a transformarse en aspirantes a dictadores. Una Argentina disminuida, cuya moneda está ahora bajo ataque, podría  terminar de deshaciéndose de la dinastía de los Kirchner y su camarilla peronista. Una Rusia ya condenado al ostracismo ahora corre el riesgo de ver a algunos de sus activos en el extranjero incautados por antiguos accionistas de Yukos, debilitando aún más su economía y su posición en el escenario mundial. El Presidente Erdogan ya no podrá ser pintado como un demócrata ejemplar. La mano invisible de Adam Smith puede estar trabajando, incluso cuando este cubierta de oro.


Mr. Hatchuel es socio gerente del Square Advisors LLC, una firma de gestión de activos con sede en Nueva York.