"Tengo la suerte de poder caminar aún, pero esta misma prótesis me ha inundado mucho más de miedo que el terror de un tiburón", reconoce el surfista de Hawaii, Mike Coots.

Desde 1997 Mike tiene una sola pierna, luego de que un tiburón se la masticara por completo en el mar. Su lucha es un ejemplo hoy en día, mientras se mantiene fiel al deporte acuático y lo practica con una pierna ortopédica.

En los últimos años, Coots se volcó a la fotografía como método de supervivencia y además se convirtió en un defensor de las dientudas bestias marítimas, en contraste con su desgracia.

Mike ha participado de distintos encuentros, tanto en la ONU como en el Capitolio de los Estados Unidos, para hablar sobre la conservación de una especie amenazada por el hombre.