El diario Récord, de México, tuvo acceso a la causa 1622/2014, que compromete al argentino Ricardo La Volpe, según denunció la podóloga de Chivas, Alma Belén Coronado Valadez, el 30 de abril pasado en Guadalajara ante la Unidad de Investigación Contra Delitos de Trata de Personas, Mujer, Menores y Delitos Sexuales.

La joven aseguró en su declaración que hubo contacto forzado de parte del ex técnico de Chivas y que todo ocurrió el 18 de abril. Estos son los principales pasajes de la denuncia que complica a La Volpe, tal publica el periódico azteca:

"Comparezco ante esta representación social a efectos de denunciar hechos que considero delictuosos cometidos en mi agravio por parte del señor Ricardo La Volpe. El 17 del mes de abril me topé con el señor Ricardo La Volpe... Era el director técnico y es el responsable del primer equipo del club de futbol soccer denominado Chivas y como ahí todo mundo sabe que soy podóloga, es que me dijo que al día siguiente iba a ir a mi consultorio".

"Al día siguiente, como a eso de las 2 de la tarde, yo estaba en mi consultorio, que se ubica en las instalaciones del Club Deportivo Chivas... Ya era tarde y no había nadie de los jugadores... El señor La Volpe entró a mi consultorio, pero cuál fue mi sorpresa, el señor entró solamente con una toalla enredada a la altura de la cintura... Quise portarme de una manera profesional y no le dije nada".

"Le dije que se sentara... pude ver que no traía ropa interior, al sentarse se le abrió un poco la toalla, ya que abrió las piernas, y alcancé a ver su pene. Me hizo sentir incómoda y no le dije nada, porque el señor La Volpe es una figura de autoridad... Seguí con mi trabajo de manera muy profesional, quería evitar algún tipo de problema".

"El tratamiento implica tocarle únicamente los pies al paciente; duró aproximadamente media hora. Hacía muchos movimientos y observaba cómo se subía la toalla... Yo no quería verlo a la cara y empeorar las cosas... La toalla de este señor ya la traía a la altura de media pierna, abierta de la parte media, se le alcanzaba a observar su pene. Al final de la sesión, a los pacientes se les da un masaje en los pies. Yo me levanté y tomé una crema y le dije al señor que se la iba a aplicar desde la mitad de la pantorrilla hasta el total del pie... Le dije que la sesión había terminado. El señor La Volpe levanta su toalla aún más y su pene quedó sin cubrir y me dijo: masajéame más arriba".