En un partido maratónico, y con un desenlace esperado desde el resultado, Alemania venció a Argelia y se metió entre los ocho mejores equipos del Mundial 2014. Sin embargo, el equipo de Joachim Low decepcionó en su juego. Se lo vio con poca convicción e intensidad. Por momentos, los argelinos desnudaron todos los defectos de los germanos.

Desde el inicio, el juego tuvo como amo y señor de la pelota a Alemania. Con muchos remates de media distancia, puso a prueba al arquero M'Bolhi, que siempre respondió con altura.

Sin embargo, los africanos –con gran despliegue y concentración– cerraban muy bien los espacios en el fondo y salían con gran velocidad al contragolpe. Su mejor ocasión a lo largo del partido se dio mediante esta circunstancia de jugo: a los 16 minutos de juego, el árbitro del encuentro le anuló correctamente un gol a Argelia tras un gran cabezazo de Slimani.

Lejos de su histórica imagen de equipo veloz y potente, los de Low se parecían más a un equipo de Guardiola que a uno alemán: toqueteo horizontal y sin un '9' de área definido. Aclaremos, un equipo que trató de imitar el fútbol que transmite Guardiola, pero que nunca lo consiguió con esa efectividad.

En la segunda mitad se vio lo peor del equipo europeo. De entrada, el técnico sacó al hábil Gotze –de flojo encuentro– para darle lugar al oportuno Schurrle. En principio, el cambio se realizó para abrir la cancha y aprovechar más los espacios. Pero nada de eso ocurrió.

Los de Low nunca pudieron superar por abajo a la férrea defensa argelina y por ello comenzaron a probar con remates de larga distancia. El plan B tampoco dio resultado: el arquero africano se hizo figura desviando cada remate alemán. Pasemos al plan C entonces, habrán dicho los 'teutones'.

Sin ideas futbolísticas claras, los europeos comenzaron a tirar un centro atrás de otro, sistemáticamente. Y cada pelota que caía al área era despejada por una cabeza o una pierna argelina.

Jugado en ataque, Alemania corrió riesgos en más de una oportunidad por su mal retroceso. Y de no ser por el arquero Manuel Neuer –siempre atento para salir a cortar– posiblemente hubiera recibido un baldazo de agua fría.

Así, los 90 minutos reglamentarios se consumieron sin goles en el marcador. Llegó el momento de jugar treinta minutos extras más. Acostumbrados a circunstancias como ésta, los alemanes pegaron de entrada.

En la primera jugada del alargue, Muller se escapó por la izquierda, centró para Schurrle y éste sacó un magnífico recurso de la galera para hacer el primer gol de la noche. Lo que tanto le costó durante una hora y media de juego, lo consiguió en el primer minuto de la prórroga.

Con el gol, parecía que las esperanzas argelinas se derrumbarían. Pero no pasó. Los dirigidos por Vahid Halilhodžić tuvieron una chance inmejorable con una pelota parada para igualar la historia.

Ya sobre el final del segundo tiempo extra, un contragolpe alemán remató el encuentro. Schurrle asistió a Ozil, éste enfrentó al arquero pero prefirió devolver gentilezas. El disparo del hombre del Chelsea fue detenido por un defensor que llegó a cerrar sobre la línea. Pero del rebote de éste, el '8' 'teutón' no perdonó y marcó su primer gol en la Copa.

¡Atentos! No termina hasta que el árbitro pita el final. Los argelinos sacaron del medio, desbordaron por el sector derecho, metieron la pelota en el área y Djabou llegó por detrás de todos para empujarla y descontar la diferencia.

Los últimos cinco minutos resultaron ser los mejores de un partido de locos. Ahora, Alemania deberá enfrentar el viernes a Francia en el Maracaná de Rio de Janeiro en un partido que promete ser de los mejores de esta apasionante Copa del Mundo.