Fiel al estilo del hincha del ÚNICO EQUIPO GRANDE DEL PAÍS, en las malas mucho más… Y acá estamos, así es la vida de nosotros los ‘Bosteros’, amando dos colores. No importa si aquellos que los visten están o no a la altura de la camiseta. Ese es otro análisis y cada uno hará el suyo. Bastante debieron tener algunos muchachos ayer a la noche cuando quisieron pegar la cabeza a la almohada.

A nadie le importa si Boca fue más en 180 minutos contra un equipo mezquino, que jugó como le convino o si les cambió el paladar después de comerse alguna cazuela en Puerto Madryn... Pasaron ellos y punto. Después de once años van a jugar una final (ya era hora…). El ‘Bostero’ sabe que esta clase de partidos se ganan y punto. Por eso el dolor y la calentura.

El hincha de Boca no le reprocha a Gigliotti que haya desperdiciado un penal, sino cómo lo pateó: “Rompele el arco, papá”, es simple. A Boca le faltó jerarquía como leí por ahí en Twitter y es cierto. Tampoco es que el rival la tenga. Pero no alcanza con un poco de ‘Pintita’, algún tatuaje o un perfume que hable francés, la jerarquía te permite saber cómo se juega un partido de estas características. La chapa se gana adentro de la cancha.

Hace unos días, en la previa del partido con Independiente, me crucé con Roberto Mouzo, uno de nuestros ídolos, en La Bombonera y me dijo: “el jueves pasado (por el partido de ida) River se olvidó de su historia”. Cuánta razón tiene, y qué diferentes somos. Únicos es la palabra, somos únicos…

Sin entrar en polémicas absurdas por los arbitrajes ni hablar de merecimientos quedó demostrado que Boca es cada día más grande. Me apoyo en el temor que mostraron TODOS los ‘Millonarios’ estas dos semanas. Respetando a Boca, intentando jugar “a lo Boca” y tratando de festejar como el ‘Xeneize’. Mientras escribo estas líneas, veo por la ventana a mi vecino ‘Gallina’ haciendo “puerta”. La verdad, lo había visto poco y nada en 15 días. Aunque es lógico, trataron de instalar que un empate de visitante por Copa era un mal resultado. Eso es no conocer las competencias internacionales o “cagazo”. Siempre abriendo el paraguas por si las moscas.

La bronca dura, y durará por un tiempo pero por suerte queda un partido en La Bombonera para ir a romperse la garganta cantando por Boca, alentando como siempre, porque así es el hincha de Boca, enfermo por los colores. El que no esté caliente no siente los colores, hay que sentirse orgulloso de ser ‘Bostero’. Basta con ver lo que hicieron ellos durante estos días poniéndose del lado del más débil, “que tenemos un plantel corto”, “que el descanso”, “que la pancita de Mora”, “que los convocados”, “que Delfino era hincha de Boca”… y todas las mariconadas habidas y por haber. Y la verdad, que son así.

Porque Boca nunca dejó de ser Boca y Boca son sus casi 110 años de historia. En el fútbol hay varios resultados: podés ganar, podés empatar, podés perder, podés salir campeón o descender. Hoy nos tocó caer pero siempre con la frente en alto, mirando para arriba y cantando bien fuerte: “Aunque ganes o pierdas no me importa una mierda sigo siendo ‘Bostero’ porque a Boca lo quiero”…

En la tapa del único diario "deportivo" que tiene el país le preguntan al hincha de Boca ¿Qué se siente?... Y si, les gusta cargarse a ellos mismos. Son 109 años de historia que incluyen otros tres mano a mano con los primos por Copa y te puedo contar con lujo de detalle: tres polvazos. En el ’94 por penales con el ‘Mono’, en el 2000 con las ‘Muletas’ de Palermo y en 2004 ‘Tévez’ y su ‘Gallinita’ silenciadora junto a las manos de Abbondanzieri y ¡Javier Villarreal! ¿Saben que se siente? Que Boca es cada día más grande.